Viernes, 5 de febrero. Ni un día más, ni tampoco menos.
Este es el plazo máximo que hemos dado a los autores de la primera temporada de «El Escritor Enmascarado» para aparcar su maleta en esta, su nueva casa.
Esta semana ha sido tranquila, pero los madrugadores han mostrado algunos detalles interesantes. Empiezan a dejarse caer, subiendo y bajando las escaleras en silencio, tramando Dios sabe qué. Ayer alguien olvidó un llavero oxidado sobre la mesa de la cocina, y para gran sorpresa, no ha bajado a recogerlo.
Durante la noche estuvo lloviendo. Más silencio, incómodo, y en ocasiones tenso. Tras la segunda puerta del segundo pasillo, alguien silbaba una canción de La Frontera. De ahí ya no lo saca nadie.
Tenemos muchas ganas de presentaros a nuestros misteriosos invitados, o al menos, hasta donde ellos nos permitan conocerlos. Suena el timbre de la recepción, y al instante el jarmazo seco de una maleta contra el suelo. Bienvenidos, os estábamos esperando.